viernes, 5 de octubre de 2012

Te extraño.


Hoy el cielo está nublado,
mas es todo entero azul,
y aunque el sol brille con fuerza
no hay ni un ápice de luz.
Hoy la brisa me acaricia
y en mi piel no siento nada,
y el silbar dulce de viento
no me abraza por la espalda.

Viejo amigo, río Duero,
que ayer siempre me llamabas,
¿por que ya no siento vivo
el correr de tu agua clara?
Yo lo se.
Noche pura y cristalina
¿que fue de tu luna blanca
y del manto de diamantes
que anoche me iluminaban?
Tú lo sabes.
Bien sabemos porque el tiempo
veo pasar en mi reloj
sin más fuerza que el pensar
que sabe mi corazón
que está triste porque extraña
tu presencia, tu calor,
el cariño que le dabas
cada día con amor.
Seguiré esperando, firme
a la promesa de amarte
cada día de mi vida,
deseoso de besarte
otra vez y más perderme
en los besos y caricias
de tu puro corazón;
y de nuevo tu sonrisa
devolverme la ilusión
que llevaste en tu partida,
y trajiste en tu llegada,
con amor.

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