viernes, 5 de octubre de 2012

Confieso que sufro.


Te quiero en la soledad de mi alma, te quiero en mi calma, te quiero en la certeza del que siempre espera lo que nunca ha de llegar, te quiero, porque nunca es tarde para llorar, nunca es pronto para gritar palabras sin sentido que se atropellan en el aire sucio y toxico que respiro, que me mata lentamente, ese aire que respiro de tu boca, tu aliento envenenado, que me cubre de sonrisas y dolor al descubrir que miente, que oculta su dolor, y al destaparse me calcina el rojo fuego de la verdad.
Mi alma es ceniza carbonizada, restos de un principio que nunca acabó, un principio que al fin y al cabo, parece que nunca comenzó. Hablo de un sentimiento roto por una ilusión, hablo de un sueño del que el tiempo me despertó, hablo de un futuro que nunca fue de los dos, hablo de una mentira de mi corazón, roto y desangrado, lleno de remiendos, un corazón que camina descalzo sobre trozos de cristal, un corazón que siempre sentirá lo mismo... Porque pese a todo mi dolor y mi pena, te amo, siempre te amaré con la poca sangre de mis venas, hasta que mi tiempo se detenga y no haya más en que creer, hasta que la vida me retenga en un instante para siempre, hasta que lloren los ojos, predecesores nuestros, y tal vez, los tuyos también... Hasta que el sueño eterno me llame, y las alas que me regalaste puedan hacerme volar de verdad... Te aseguro que nunca dejaré de amarte, nunca dejaré de sentir en mi mustio pecho, todo lo que siento al abrazarte, al besarte, al ver tus ojos, y en ellos un sentimiento mutuo de amor... Porque duele, todo lo que siento duele, y todo lo que dices duele y a veces me hace sonreir, y entonces ya no hay dolor aparente, pero mi alma sigue muriendo por no poder estar junto a la tuya porque muere sin saber que se envenena de rencor y de avaricia, y que nunca sonreirá así.
Ya solo pienso en ti, y parece que tú no, solo ensucio nuestro amor, lo lleno de esperanzas, lo lleno de futuro y tú no, tu lo llenas de presente, de calma, de paciencia, pero yo no puedo, porque nada de lo que planeo se cumple, mis sueños se deshacen entre mis dedos, hartos de no poder sostener un futuro sin que tú lo desacredites. Mi vida depende de ti, únicamente de tus actos, pues por ti iría al fin del mundo, si tú me lo pidieras, pero nunca me lo pides... Y empiezo a ver que tu vida es ajena a mí, pues yo quiero hacer cosas, quiero ser contigo, pero tú me lo impides, cada sueño lo desmontas, cada latido lo apagas, cada mirada la ciegas... Y yo me hundo en el pozo como el poso del café, inservible, muerto, seco, sin ti...

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