jueves, 25 de octubre de 2012

Amantes de la lluvia.

¿Conocéis a alguien al que le guste ver llover? A muchos, ¿verdad? Incluso a muchos de vosotros os encanta mirar por la ventana los días de lluvia y ver como las gotitas caen libres sobre el asfalto, sobre los coches, sobre la hierba y los paraguas de la gente; os encanta ver los charcos, os encanta el sonido de la calle, el olor, olor a mojado, ese olor penetrante y vivo que llena todo de magia; no hablo del olor a humedad, hablo de otro olor, que solo perciben los que aman la lluvia. Hablo de esas personas que en cierta etapa de sus vidas se vuelven melancólicas, recuerdan tantas cosas vividas, y sonríen al hacerlo, esas personas que seguramente no pasen por su mejor momento, pero que son optimistas, siempre ven la magia de las cosas más banales, la belleza de las cosas más inhóspitas, la felicidad en las cosas más tristes; la lluvia, por ejemplo. Porque la lluvia hay que saber verla, hay que saber comprenderla, hay que saber conocer sus dos caras, hay que sentirla caer en tu piel, sentirla mojar tu corazón, darle vida, darle frío y luego calor. Hay que entender que la lluvia es bella por lo mágica que resulta para esta gente de la que hablo, y reconozco que a veces, también para mi; porque a veces, uno de esos días en que no todo te ha salido bien, o más aún, nada te ha salido bien, ahí fuera está lloviendo, y a veces te quedas embobado viendo la lluvia caer y piensas -al menos el cielo se acuerda de mí y llora por mi dolor-, porque hay días que parece que compensa el no ser el único en llorar, o ya no llorar, tan solo no ser el único en no sentir la luz del sol.


jueves, 18 de octubre de 2012

Un día especial.

Hoy estoy especialmente feliz y especialmente triste.

Brotes de un corazón roto.

Debí imaginarlo, debí imaginar desde el principio que no la necesitaba para ser feliz, que todo era una ilusión de mi corazón esperanzado en sentir de nuevo lo que nunca había sentido antes.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Tú.


Porque tú vales más que del mundo todo el oro,
porque vales más que cada lágrima que lloro,
porque brillas más que el más bello meteoro,
porque eres y serás siempre mi mayor tesoro.

domingo, 7 de octubre de 2012

Despedida.

Estoy en ese momento en el que todo me recuerda a ella, ese momento en el que cada cosa que miro, cada canción que escucho me recuerda a ella de un modo u otro; tal vez llegue el momento de olvidarla y empezar de nuevo, tal vez llegue el momento de que todas las canciones que ahora me hacen llorar me hagan sonreir pensando en otra chica que me enamore como ella. Ahora, aun escribiendo esto que estoy escribiendo, reflejando tal vez un ápice de esperanza entre estas melancólicas palabras, siento que el mundo se me cae encima al pensar en que la he perdido para siempre, pensando que nunca más podré compartir un momento romántico con ella...

Historia de una amistad.

¡Qué pequeñas son mis manos en relación con todo lo que la vida ha querido darme!
Muchas veces he sentido dentro de mí un vacío extraño al alejarme de mis amigos cuando me voy de vacaciones a la playa, o a visitar ciudades, o incluso en las fiestas de mis pueblos, siempre que salgo de mi ciudad sin ellos siento que dejo en ella un trocito de mí, un trocito muy importante de mi vida y cuando vuelvo a ella... bueno, en mi ciudad también siento que en algún lugar dejé un trocito de ese trocito de mi vida...

viernes, 5 de octubre de 2012

Te extraño.


Hoy el cielo está nublado,
mas es todo entero azul,
y aunque el sol brille con fuerza
no hay ni un ápice de luz.
Hoy la brisa me acaricia
y en mi piel no siento nada,
y el silbar dulce de viento
no me abraza por la espalda.

Confieso que sufro.


Te quiero en la soledad de mi alma, te quiero en mi calma, te quiero en la certeza del que siempre espera lo que nunca ha de llegar, te quiero, porque nunca es tarde para llorar, nunca es pronto para gritar palabras sin sentido que se atropellan en el aire sucio y toxico que respiro, que me mata lentamente, ese aire que respiro de tu boca, tu aliento envenenado, que me cubre de sonrisas y dolor al descubrir que miente, que oculta su dolor, y al destaparse me calcina el rojo fuego de la verdad.

lunes, 1 de octubre de 2012

Sin ti.

En esta noche clara de octubre, alzo la mirada al negro techo de diamantes salpicado, e imagino un momento que te tengo a mi lado, imagino por un instante que te abrazo, y tus ojos iluminan todo el reino de la noche; se descubre, se despiertan mis sentidos, se enamoran de ti, de tu mirar, de tu rostro...

Esperanza.


Mi vida arde entre las cenizas de un pasado
muerto y ennegrecido, inmóvil, desolado;
húmedo antes de lágrimas que ahora se han secado,
perdido en un recuerdo vago que se ha esfumado.