Es extraño cuando piensas que todo te sale mal. Le das vueltas y más vueltas y no encuentras un motivo por el que las cosas no te son favorables, y te desquicias, te pones nervioso, no sabes que hacer, todo te entristece o te altera... casi tanto como cuando te enamoras, o ya no enamorar, sino solo querer, querer a alguien inalcanzable, que sabes que por mucho que te quiera también a ti, no funcionaría, pero aun así la quieres, y piensas en ella constantemente, te emocionas cuando de repente, se conecta, y esperas unos pocos minutos a que te salude... pero no lo hace, y entonces saludas tú, pero ella no contesta, y te sientes frustrado, pero esperas un poco, por si acaso, y entonces ella se desconecta de repente sin dar señal alguna de vida; y tú, que te has pasado una hora mirando fijamente su nombre en la lista de conectados, lo ves desaparecer de repente, y con él tu sonrisa, y tu alegría.
lunes, 5 de noviembre de 2012
viernes, 2 de noviembre de 2012
¿Qué es eso?
Hace poco escuche una historia que me conmovió, y me gustaría compartirla con vosotros. Ésta transcurre en verano, poco antes de comenzar agosto. Un hombre de unos 70 años está sentado con su hijo de unos 35 en un banco, en el amplio jardín de su casa. Este último está concentrado leyendo el periódico, mientras que su padre observa la majestuosidad de aquel lugar, recordado su juventud en aquel jardín De repente, de entre las ramas de los árboles aparece un pequeño gorrión que se posa delante de ellos.
jueves, 1 de noviembre de 2012
A todos los que llevaré siempre en mi corazón.
Hoy es día de recuerdo, de nostalgia. Hoy es día de memoria, de lágrimas frías. Hoy el viento alborota nuestro peinado y nuestro pensamiento; ese viento frío que llega hasta el corazón más pequeño y lo llena de pena...
jueves, 25 de octubre de 2012
Amantes de la lluvia.
¿Conocéis a alguien al que le guste ver llover? A muchos, ¿verdad? Incluso a muchos de vosotros os encanta mirar por la ventana los días de lluvia y ver como las gotitas caen libres sobre el asfalto, sobre los coches, sobre la hierba y los paraguas de la gente; os encanta ver los charcos, os encanta el sonido de la calle, el olor, olor a mojado, ese olor penetrante y vivo que llena todo de magia; no hablo del olor a humedad, hablo de otro olor, que solo perciben los que aman la lluvia. Hablo de esas personas que en cierta etapa de sus vidas se vuelven melancólicas, recuerdan tantas cosas vividas, y sonríen al hacerlo, esas personas que seguramente no pasen por su mejor momento, pero que son optimistas, siempre ven la magia de las cosas más banales, la belleza de las cosas más inhóspitas, la felicidad en las cosas más tristes; la lluvia, por ejemplo. Porque la lluvia hay que saber verla, hay que saber comprenderla, hay que saber conocer sus dos caras, hay que sentirla caer en tu piel, sentirla mojar tu corazón, darle vida, darle frío y luego calor. Hay que entender que la lluvia es bella por lo mágica que resulta para esta gente de la que hablo, y reconozco que a veces, también para mi; porque a veces, uno de esos días en que no todo te ha salido bien, o más aún, nada te ha salido bien, ahí fuera está lloviendo, y a veces te quedas embobado viendo la lluvia caer y piensas -al menos el cielo se acuerda de mí y llora por mi dolor-, porque hay días que parece que compensa el no ser el único en llorar, o ya no llorar, tan solo no ser el único en no sentir la luz del sol.
jueves, 18 de octubre de 2012
Brotes de un corazón roto.
Debí imaginarlo, debí imaginar desde el principio que no la necesitaba para ser feliz, que todo era una ilusión de mi corazón esperanzado en sentir de nuevo lo que nunca había sentido antes.
miércoles, 10 de octubre de 2012
Tú.
Porque tú vales más que del mundo todo el oro,
porque vales más que cada lágrima que lloro,
porque brillas más que el más bello meteoro,
porque eres y serás siempre mi mayor tesoro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)