jueves, 1 de noviembre de 2012

A todos los que llevaré siempre en mi corazón.

Hoy es día de recuerdo, de nostalgia. Hoy es día de memoria, de lágrimas frías. Hoy el viento alborota nuestro peinado y nuestro pensamiento; ese viento frío que llega hasta el corazón más pequeño y lo llena de pena...
Hoy es el día en que todos los ojos del mundo se vuelven de cristal, ese cristal húmedo que se vierte en el frío mármol de los más queridos, que lo empapa de añoranza, ese cristal invisible, ese río de sentimientos llenos de aquellos que se llevó la parca, que no en vano vivieron su pena y su gloria en nuestro mundo, envolviéndonos en recuerdos inolvidables que llevaremos siempre en nuestras almas... hasta que el tiempo nos guarde en los corazones de quienes nos amen, y sean éstos los únicos vestigios de nuestro paso por la vida.

Hoy la lluvia fina transparenta las ánimas en los corazones de todos nosotros, moja nuestros sueños, ésta lluvia imperceptible que sin apenas percatarte, inunda tu mente de recuerdos alegres, recuerdos que nunca volverán a vivirse, recuerdos que son eso, recuerdos.
Hoy he mirado a los ojos a la muerte, no directamente, sino en el reflejo del charco que salpicaba la lluvia en el mármol negro, he visto en su mirada los sueños rotos de quienes marcharon con ella, sus ilusiones.
He visto el tiempo detenerse en el instante en que le miré a los ojos por última vez, a sus ojos marrones, en aquella sala de hospital, antes de marchar para siempre al lado de su amor. He visto el tiempo detenerse en el momento en que mis ojos se tornaban cristalinos de nuevo al revivir los recuerdos alegres a su lado. He visto el tiempo detenerse en cada momento, en cada instante vivido, con cada una de las personas que siempre llevaré en mi corazón, y he comprendido que hoy es el día más especial del año, pues hoy se aviva su recuerdo en nuestros corazones.

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