martes, 11 de febrero de 2014

Con sentimiento.

A veces no puedo evitar cerrar los ojos y pensar por qué el mundo se fascina con la insignificancia de cosas grandes y masivas, en vez de con la grandeza de las cosas más insignificantes y sutiles. A veces veo en las noticias grandes monumentos, que pretenden ser el reflejo del poder, la prosperidad o la leyenda, la memoria de alguien grandioso. Qué más da cuan grande sea un monumento, para mí es más importante su belleza.
Las piramides de Egipto, son gigantes, pero qué son, piramides geometricas. Por sí solo su exterior es basura. Su interior sí es bello, sus grabados, las tumbas, los pequeños detalles que se entregan al mirar de los curiosos que contemplan la belleza de lo oculto. Pues así pasa con todo. Qué más da que sea el monumento más grande del mundo, si no se hace con sentimiento, qué más da que sea la canción más popular, si detras de ella solo hay dinero. No.
Reivindico las cosas hechas con sentimiento, las cosas de verdad, un verso sincero en una canción de amor, lenta, simple, pero que sale del corazón.

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