martes, 11 de diciembre de 2012

Porque a veces se nos olvida lo que de verdad importa: vivir.

Así de simple es la vida, a veces hay que saber llevarla con cautela y mucha paciencia, con mucho dolor, sacrificio y sudor, y a veces simplemente es un paseo de luz y colores tan fuertes y hermosos, que ni nosotros mismos somos capaces de creerlo.

Es así, y los que la quieran ver como un campo de minas es que no saben apreciar la belleza que la vida esconde tras su mascara macabra, y los que la quieran ver como la gran belleza de nuestra existencia, es que nunca han sentido los fríos labios de un beso de Judas.
La vida es vivir, y no hay que definirla, la vida es un regalo y una maldición, vivir es un acto, no un estado, no estoy vivo, estoy viviendo, porque al vivir pienso y al pensar olvido a olvidar los sueños que nunca he cumplido.
La vida es un sueño del que nunca despertaremos, porque al despertar moriríamos, y si morimos, no despertamos, pues despertar implica vivir, la vida es el último sueño de nuestra alma antes de alcanzar la eternidad.

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