martes, 15 de octubre de 2013

Octubre

Silencio. Abro los ojos y sólo oigo silencio. Recuerdo con nostalgia los tiempos que fueron mejores, tiempos pasados que quedan en el recuerdo, en la memoria, donde todo se ve distinto a como fue. Me pongo en pie. Fuera, el ulular del viento me estremece; suena en la persiana, silva por las desiertas calles de mi pensamiento mientras me acerco a la puerta. Mientras ando, miro con las manos aquello con lo que me voy topando, sintiendo su presencia en mí, recordando el color, el sonido, el olor,... Pienso cuánto he vivido, cuánto he pasado, pienso en el sueño, en la memoria de aquellos días que hoy revivo sin querer. No puedo avanzar, me he detenido silenciosamente en frente de la puerta cerrada. Pienso un momento, miro sin mirar, contemplo sin contemplar mis miedos y mis temores, esos temores que hoy se apiadan de mí, que me huyen con espanto. Pienso en todo lo que sin vivir he vivido, en todo lo que sin soñar he soñado y despierto de repente del pasado, atrapado en una celda que me hace libre, umos barrotes que me protegen del exterior.
No se como he llegado ahí, intento recordar, recolectando huellas que sobre el camino siembro de vez en cuando, y descubro con sorpresa que mi realidad las fue borrando, y según me acerco al comienzo de todo cuanto soy, voy sintiendo el frío y el calor, el sueño eterno vivido sin vivir, recordando sin recordar que ese 6 de octubre volví a nacer, volví a soñar.

martes, 10 de septiembre de 2013

Viejo amigo.

Hoy escribo entre los brazos de un viejo amigo, entre sueños que algún día tuve y se han quedado atrapados en mi alma. Hoy escribo con la esperanza de que algún día esos sueños puedan despertar para cumplirse, para besar los labios que se marcharon, la boca que se perdió en mi pasado. Hoy es un día como otro cualquiera, hoy estoy rodeado de viejos recuerdos que fugazmente atraviesan mi mente y se esfuman, recuerdos que vivo de nuevo, y vuelvo a almacenar en la memoria.


Hoy, los brazos de mi viejo amigo me arropan del frío de verano, un frío que hiela las almas y apaga los corazones; hoy mis sueños son más puros, hoy mi vida es más libre, un poco más, mas aun sigo dependiendo de mi pasado. Siento que la verdad sigue aferrada a mi esperanza, esperando que algún día se cumpla mi mayor sueño. Hasta entonces seguiré esperando un milagro...

viernes, 2 de agosto de 2013

Música.

Últimamente me doy cuenta de que la gente tiene canciones favoritas y ni siquiera saben de qué hablan, tan solo se fijan en el ritmo o la voz. Hemos perdido el verdadero sifnigicado de la música, el mensaje que transmiten los versos de cada canción, que son únicos e irrepetibles. El sentimiento que la voz transmite, no es otro que el que las palabras le quieran dar, sin palabras, la voz, la música, no es nada, tan solo ruidos melodicos que suenan al compás de un ritmo aleatorio. ¿Quién quiere música vacía, que no transmita otra cosa que el ruido? ¿En serio podemos llamar a eso música? La música, creo yo, es otra cosa completamente distina, es más, la música es poesía con ritmo. No ruido sin palabras.

domingo, 21 de julio de 2013

"Sin nada que hacer".

Hay días que te levantas y piensas: hoy va a ser un buen día. Esos días que miras desde abajo y piensas: hasta ahí arriba tengo que subir. Que empiezas bien, quedando con un amigo, la mañana ha sido buena, has hecho cosas, has despejado la mente y has salido a la calle y por un rato has disfrutado del verano. Son esos días en los que después de comer te dices a ti mismo: ahora descanso un poco y luego quedo con los demás. Y te tumbas en la cama, empiezas a pensar qué hacer, y te llega la inspiración y escribes un capítulo de un libro que llevas construyendo unos meses, y te enfrascas en el universo de la imaginación, sientes la tinta fluir por tus venas y escribes y escribes y cuando estas en medio de todo eso, suena tu teléfono. Por fin se deciden a quedar, piensas, y miras y ves que alguien ha propuesto algo, y la gente empieza a decir que no puede, primero es uno, luego alguien dice que si puede, luego otro tampoco puede, a uno no le apetece, y así van cayendo uno a uno hasta que al final se suspende todo y no sale nadie. Te tumbas en la cama suspirando y piensas: qué manera de desperdiciar el verano. Pero no buscas una solución, simplemente sigues tumbado en tu cama pensando en tus cosas, mientras ante tus ojos van pasando las horas y los días, hasta que ya no te queda tiempo que disfrutar y te maldices por desperdiciar un verano, por desperdiciar días y días tumbado en la cama "sin nada que hacer". Pero ya es tarde, y te impones una norma: desde hoy no voy a desperdiciar más veranos así. Una norma que ya habías escuchado antes, de tus propios labios, un año atrás.

martes, 18 de junio de 2013

Gracias por estos años.


Ahora... que el final llega
y en el aire se respira
empapado de recuerdos
el olor a despedida,
... que la flor de primavera
lentamente se marchita,
... que la nube se ha secado
y en el cielo el sol no brilla;
ahora que el tiempo empuja,
que en viento torna la brisa,
ahora que el caminar
acontece más deprisa,
busco entre mis pasos uno
que guardar en mi sonrisa,
busco entre mis sueños uno
que en mi voz tenga cabida,
y al buscar entre mis huellas
voy guardando en mis pupilas
las sonrisas y las lágrimas,
el sendero de mi vida.


17-6-13


Como alguien dijo alguna vez, todo lo bueno se acaba; nunca piensas cómo de rápido puede cambiar tu vida sin que apenas te des cuenta. Un día estás acompañando a casa a tus mejores amigas después de un agotador día de clase, como llevas haciendo casi un año, y de repente, te das cuenta de que ya no volverás a hacer ese recorrido nunca más; o estás saliendo del coche de tu amigo, dispuesto a comenzar otro día de clase y de tu boca sale la frase que llevas diciendo tantos años al comenzar la mañana, y él te contesta exactamente lo mismo que todas las veces anteriores, pero de repente, te paras un instante a pensar y descubres que ese es el último día más que dirás y el último día menos que escucharás; o estás en clase, rodeado de la gente que ha estado a tu lado durante los últimos años, con alguna cara nueva, pero siempre cercana, y de repente, te das cuenta de que esos 50 minutos serán los últimos en la que estaréis todos juntos como clase.
Reconozco que, al pensar en todo esto, una parte de mí, quiere que nada cambie, porque todos tenemos miedo al cambio, miedo a perder aquello que nos hace sentirnos bien, miedo a partir a otra ciudad, miedo a hacer recuerdo lo que aún es realidad, pero otra parte de mí, quiere marchar, avanzar para algún día regresar, reencontrarme con viejos amigos y pasar un rato juntos, ver como han avanzado nuestras vidas desde que nos separamos... Así es la vida, perdemos algo para conseguir otras cosas; perdemos los hábitos, los momentos, las costumbres, pero lo que nunca se pierde, es la amistad.
Amigos (compañeros, profesores, familia), vosotros sabéis de lo que hablo, vosotros que me habéis acompañado durante todos estos años, haciéndome reír y llorar, lo normal, formando parte de mi día a día, de mis recuerdos, vosotros que me habéis guiado sin querer hacia el camino que he decidido tomar, seguro que sentís algo parecido a lo que siento yo, y vosotros, que habéis sido lo más grande que me ha pasado en estos años, os quiero dar las gracias, gracias por haber pasado por mi vida, gracias por formar parte de esos momentos que ahora quedarán en el recuerdo, por esas tardes de sábado en nuestras "taifas", por ese ánimo y cariño, por esa complicidad, esas cenas en el 58,... gracias por estos años.

miércoles, 3 de abril de 2013

Bipolar.

Te odio te amo te ignoro te extraño,
te olvido te pienso te quiero te araño,
te tengo te pierdo te mimo te mato,
te beso te pego te enciendo te apago,
te miro te evito te cuido te daño,
te piso los sueños te muerdo los labios.

domingo, 24 de marzo de 2013

¿Soy el único que sufre así?

A veces, cuando estoy mustio, triste por cualquier estupidez que ni me va ni me viene, simplemente es uno de esos días en los que estoy "raro", más sensible, digamos, y hablo con mis Amigos, que se muestran más distantes que de costumbre, pues porque las casualidades son inevitables, y agenos por completo a mi estado de ánimo, me hacen sentir más solo y triste todavía, mientras espero impaciente que uno de ellos me diga: ¿Te pasa algo? Para solo contestar: No, ¿por?, como si no quisiera hablar de ello, aunque en realidad deseo con todas mis fuerzas poder desahogarme...
¿Por qué finjo que no pasa nada? ¿Por qué cuando me preguntan, me limito a decir que todo está bien? Es absurdo, lo que más quiero es hablar de mi problema en ese momento, con esa persona, y cuando se me brinda la oportunidad, la rechazo, sintiéndome más mísero todavía cuando la otra persona contesta: Ok, entonces nada, y cambia radicalmente de tema...
¿Soy yo? ¿Soy el único que sufre así?