jueves, 8 de octubre de 2015

Las personas cambian.

A veces empiezo a pensar sobre lo que está pasando. Las personas cambian, los sentimientos se transforman, pero siempre quedará el recuerdo. El tiempo que quedó atrás. Era tan fácil todo, tan nuevo, tan vivo... Sentía que estaba descubriendo la felicidad. Y ¿por qué no? ¿Por qué pensar que todo ha acabado? Después de sentir la infinita felicidad, ese beso infinito, que se hacía agua en mi imaginación. Es esa sensación al mirar y sentir. Sentir felicidad. Eso se acaba tarde o temprano. Porque casi todo en esta vida se acaba. Casi. Hay cosas que nunca cambian, aunque no suelen ser las que quisieras. Aquello que es perfecto acaba evaporándose, y las imperfecciones parecen nunca querer corregirse.
Pero es que, pensándolo bien, ¿por qué hay que corregirlas? Las personas somos imperfectas, siempre nos equivocamos, desde un punto de vista relativo. Las imperfecciones que han cambiado mi vida son el motor que hoy me empuja a soñar que se pueden hacer las cosas de otro modo. Que se puede crecer.
Por eso solo quisiera entender hacia dónde estoy caminando hoy, pues últimamente empiezo a comprender que mis pasos se dividen en caminos diferentes, y no sé qué camino, ni qué destino elegir.