martes, 10 de septiembre de 2013

Viejo amigo.

Hoy escribo entre los brazos de un viejo amigo, entre sueños que algún día tuve y se han quedado atrapados en mi alma. Hoy escribo con la esperanza de que algún día esos sueños puedan despertar para cumplirse, para besar los labios que se marcharon, la boca que se perdió en mi pasado. Hoy es un día como otro cualquiera, hoy estoy rodeado de viejos recuerdos que fugazmente atraviesan mi mente y se esfuman, recuerdos que vivo de nuevo, y vuelvo a almacenar en la memoria.


Hoy, los brazos de mi viejo amigo me arropan del frío de verano, un frío que hiela las almas y apaga los corazones; hoy mis sueños son más puros, hoy mi vida es más libre, un poco más, mas aun sigo dependiendo de mi pasado. Siento que la verdad sigue aferrada a mi esperanza, esperando que algún día se cumpla mi mayor sueño. Hasta entonces seguiré esperando un milagro...