martes, 18 de junio de 2013

Gracias por estos años.


Ahora... que el final llega
y en el aire se respira
empapado de recuerdos
el olor a despedida,
... que la flor de primavera
lentamente se marchita,
... que la nube se ha secado
y en el cielo el sol no brilla;
ahora que el tiempo empuja,
que en viento torna la brisa,
ahora que el caminar
acontece más deprisa,
busco entre mis pasos uno
que guardar en mi sonrisa,
busco entre mis sueños uno
que en mi voz tenga cabida,
y al buscar entre mis huellas
voy guardando en mis pupilas
las sonrisas y las lágrimas,
el sendero de mi vida.


17-6-13


Como alguien dijo alguna vez, todo lo bueno se acaba; nunca piensas cómo de rápido puede cambiar tu vida sin que apenas te des cuenta. Un día estás acompañando a casa a tus mejores amigas después de un agotador día de clase, como llevas haciendo casi un año, y de repente, te das cuenta de que ya no volverás a hacer ese recorrido nunca más; o estás saliendo del coche de tu amigo, dispuesto a comenzar otro día de clase y de tu boca sale la frase que llevas diciendo tantos años al comenzar la mañana, y él te contesta exactamente lo mismo que todas las veces anteriores, pero de repente, te paras un instante a pensar y descubres que ese es el último día más que dirás y el último día menos que escucharás; o estás en clase, rodeado de la gente que ha estado a tu lado durante los últimos años, con alguna cara nueva, pero siempre cercana, y de repente, te das cuenta de que esos 50 minutos serán los últimos en la que estaréis todos juntos como clase.
Reconozco que, al pensar en todo esto, una parte de mí, quiere que nada cambie, porque todos tenemos miedo al cambio, miedo a perder aquello que nos hace sentirnos bien, miedo a partir a otra ciudad, miedo a hacer recuerdo lo que aún es realidad, pero otra parte de mí, quiere marchar, avanzar para algún día regresar, reencontrarme con viejos amigos y pasar un rato juntos, ver como han avanzado nuestras vidas desde que nos separamos... Así es la vida, perdemos algo para conseguir otras cosas; perdemos los hábitos, los momentos, las costumbres, pero lo que nunca se pierde, es la amistad.
Amigos (compañeros, profesores, familia), vosotros sabéis de lo que hablo, vosotros que me habéis acompañado durante todos estos años, haciéndome reír y llorar, lo normal, formando parte de mi día a día, de mis recuerdos, vosotros que me habéis guiado sin querer hacia el camino que he decidido tomar, seguro que sentís algo parecido a lo que siento yo, y vosotros, que habéis sido lo más grande que me ha pasado en estos años, os quiero dar las gracias, gracias por haber pasado por mi vida, gracias por formar parte de esos momentos que ahora quedarán en el recuerdo, por esas tardes de sábado en nuestras "taifas", por ese ánimo y cariño, por esa complicidad, esas cenas en el 58,... gracias por estos años.